martes, 28 de agosto de 2007

Pensamientos en cursiva. Diálogo normal.
Mujer anónima: ¡¡Es genial que Leo se mude a vivir contigo!! ¡¡Pero te lleva muchísimo mover todo!!
Cyan: Más aún contigo parloteando. - Sí, mucho tiempo
*
Mujer anónima: Uno nunca sabe cuantas cosas tiene, hasta que tiene que moverlas
Cyan: Otro +ç#$&! cliché - Sí, ja, ja, ¡qué verdad!
*
Mujer anónima: Y siempre tienes más de lo que necesitas
Cyan: ¡Cierra el pico! - Sí exacto
*
Cyan: Pásate algún día por casa. Eres bienvenida - ¿Por qué no coges una caja y ayudas en lugar de quedarte ahí parada, parloteando como una cotorra?
Cyan: Un momento...

Fui... y regresé

Y he necesitado casi una semana para volver a escribir.
Pero valió la pena. Aunque he visto demasiadas cosas que darían para mucho debate, tantas,que al final no reflexionas sobre nada.
Por un lado, lo bonito que es el país y lo fea que es la capital, Addis Abeba. En general, casi todas las ciudades africanas son feas porque han sido construidas por los colonizadores y tienen un aire de no estar rematadas. A parte de una polución espantosa.
Por otra parte lo buenísima que era la comida. Aunque muy picante. Hace pensar que en la leyenda, la Reina de Saba no era tan contraria a la proposición de Salomón, y se hizo la tonta.

Lo asquerósamente paupérrima que era la gente, y lo escándalosamente ricos que eran algunos.
El racismo. Que no me vuelva nunca nadie a decir que "negro" es un término racista. No después de que tooooda la gente que me he cruzado se quedara mirando mi piel blanquita. Lo que pasa es que unos y otros nos llamamos la atención. Es curioso que al cabo de un par de días allí, te olvidas de que eres blanco y dejan de llamarte la atención las pieles negras. Incluso distingues perfectamente un negro de otro, igual que a un blanco de otro blanco.
Otras cosas que iré añadiéndo con el tiempo

lunes, 6 de agosto de 2007

Vier Minuten... Cuatro minutos

Cuando se acabó la película, efectivamente necesité alrededor de cuatro minutos para que mi cerebro le diese al cuerpo la orden de levantarse.

Es, como "Perros de paja", una de esas películas que te sobrecoge y literalmente te deja pegado al asiento. Y eso que el tema puede no resultar muy atractivo de primeras, pero la música te embruja, te subyuga, y la trama no resulta tan importante. La música hace que comprendas las motivaciones de los personajes, por qué actúan cómo lo hacen. Te mueves como ellos, guiado por los compases hasta un desenlace brutal y catártico como los clásicos dramas griegos.
*
En la sala de espera en un concurso de música. Una amable señorita entrega formularios a los candidatos
Candidata Anónima: ¿Puntúan las becas? Yo soy becaria. Y tengo varios premios
Amable Señorita: [Divagaciones en las que viene a decir, que sí, que puntúa.]
Amable Señorita: [Dirigiéndose a la protagonista] ¿Es usted becaria?
Chica: No, asesina
Amable Señorita: [Sin inmutarse] Anótelo todo. Nunca se sabe qué puede puntuar

Ay, ay, ay

Quedan horas, HORAS, para que me marche a la tierra del León de Juda, Abisinia, lugar donde se guarda una de las copias del Arca de la Alianza.

Como me pierdan las maletas, me oyen. Así de simple.

Fin