Y he necesitado casi una semana para volver a escribir.
Pero valió la pena. Aunque he visto demasiadas cosas que darían para mucho debate, tantas,que al final no reflexionas sobre nada.
Por un lado, lo bonito que es el país y lo fea que es la capital, Addis Abeba. En general, casi todas las ciudades africanas son feas porque han sido construidas por los colonizadores y tienen un aire de no estar rematadas. A parte de una polución espantosa.
Por otra parte lo buenísima que era la comida. Aunque muy picante. Hace pensar que en la leyenda, la Reina de Saba no era tan contraria a la proposición de Salomón, y se hizo la tonta.
Lo asquerósamente paupérrima que era la gente, y lo escándalosamente ricos que eran algunos.
El racismo. Que no me vuelva nunca nadie a decir que "negro" es un término racista. No después de que tooooda la gente que me he cruzado se quedara mirando mi piel blanquita. Lo que pasa es que unos y otros nos llamamos la atención. Es curioso que al cabo de un par de días allí, te olvidas de que eres blanco y dejan de llamarte la atención las pieles negras. Incluso distingues perfectamente un negro de otro, igual que a un blanco de otro blanco.
Otras cosas que iré añadiéndo con el tiempo