sábado, 7 de junio de 2008

¿Ingenioso? ¿O guarro?

El otro día fui a Plymouth, que es una bonita ciudad costera de pequeñas casitas blancas de la época isabelina. Lo que nadie dice nunca de las ciudades costeras es que la brisa marina te riza el pelo. Y si ya le tienes de natural rizado, y has tenido la mala suerte de ir en un día con mucho viento, entonces pareces un extra de una peli de Tim Burton




Digo todo esto para que quede claro por qué tenía yo tanto interés en acicalarme cuando cuente lo siguiente:

Resulta que en los aseos de señoras de la estación de autobuses no hay más que un espejo minúsculo que está alejadísimo de los lavabos. Aparte de comentar que así no hay manera de adecentarse, lo interesante es que como yo estaba a la caza de un espejo, sometí a tooooodas las paredes a un examen minucioso. Y encontré esto:



Los carteles dicen: ¡Pega aquí tu chicle! (nosotros cuidaremos de él)

¿Ein?

Vale, lo de pisar un chicle del suelo es un asco y a todos nos molesta. Pero no sé si dejarlos en las paredes es una gran solución.

lunes, 2 de junio de 2008

Como una locomotora

El otro día iba dando un paseo por la ciudad pensando en los ingleses, la Revolución Industrial y las máquinas de vapor. Bueno, en realidad no pensaba en nada de eso, pero hace más gracia si tenéis en mente la idea de una locomotora de vapor y el ruido que hacían. Podéis dedicar unos segundos a intentar recordar el silbido del vapor al salir de la caldera y esa imagen que tenemos grabada de las bielas moviendo las ruedas.

Digo esto porque mientras paseaba, pasé delante de un pub que tenía en la puerta el siguiente cartel:



Se traduce como: Por favor, por respeto a nuestros vecinos, fumen en silencio.

Y ahí es cuando digo yo, o aspiran el humo que parecen un dragón, o cuando lo expulsan deben de poder empujar dos toneladas de hierro. ¿Cuánto ruido puedes hacer fumando? ¿Qué clase de pulmones tiene esta gente?

Nota: He deducido que el mensaje se refiere a que si salen a fumar, que lo hagan calladitos para no molestar a los vecinos con sus voces. Pero de todos modos, menudo oído tiene la gente en ese vecindario.