La leche que le han dado al Fresnadillo.
Ese fue el primer pensamiento que tuve al ver esa película. Una de las más terroríficas que he visto y de las que más he disfrutado.
Toda la historia tiene un aire de desesperanza europeo que la hace muhco más expresiva que una americana. En las de EEUU siempre hay una chica guapa que se salva y probablemente también el soldado o muchacho. O queda alguna esperanza. Aunque mueran todos, te ponen un plaano de un superviviente con el que harán una vacuna para salvar a la humanidad.
En las europeas se muere todo el mundo, pues eso es lo que pasaría en la realidad. La gente abandona a sus familias, porque el instinto de supervivencia es más fuerte que el amor por un pariente o un amigo.
La música era interesante. No la que se suele ver en este tipo de películas. En lugar de centrarse en los malos que vienen a comerte, las notas reflejan los sentimientos de angustia de los supervivientes. Angustia no tanto por los malos que te comen, como porque están solos, la vida es un asco y el mundo no volverá a ser lo que era.
¡¡Y la acción!! Se ahorran un montón de dinero en vísceras poniéndo planos ultra rápidos y trepidados. Con un par de actores esputando sangre, la gente coge la idea muy bien.