viernes, 25 de julio de 2008

Insultos

En materia de insultos, hay tres escuelas.

La primera, es la del insulto de toda la vida. Cosas como “idiota”, “imbécil”, etc. Son los insultos de “La Escuela de la calle”. Yo recurro poco a ellos porque de tanto usarse han perdido su fuerza y en cambio resultan muy groseros. Vamos, que insultar insultas poco, pero quedas como un maleducado.

La segunda rama, en la que me incluyo es “La Escuela del capitán Haddock”. Se basa no tanto en decir algo ofensivo, como en que suene a que es ofensivo. Por ejemplo: “Políglota”.

También están: mequetrefe, mamarracho, galápago, mejillón relleno, coloquinto, lorito y tecnócrata.

Esta escuela tiene la ventaja de que te desahogas sin perder los buenos modales; y además desconciertas muchísimo al insultado, que normalmente no sabe si “anacoluto” es algo bueno o malo.

La tercera y última es la “Ilustre Escuela de Cruce de Palabras”, reservada para unos pocos genios. En ella han desconstruído el insulto. Dejan atrás los toscos “gilipollas” y no se contentan con el desahogo de un buen “¡Doríforo! o ¡Antropopiteco!”. Llegan al núcleo más puro del insulto: Herir cruel y sanguinariamente, pero eso sí, hablando como caballeros.

Veamos unos ejemplos, que son graciosos:

Intercambio entre Winston Churchill y Lady Astor:
Ella: Señor, si fueseis mi marido, os daría veneno
Él: Señora, si fueseis mi mujer, me lo bebería

Un miembro del Parlamento a Benjamín Disraeli:
- Señor, vos moriréis en la horca o de alguna enfermedad vergonzosa
- Eso depende, Señor, de si acepto a vuestra política o a vuestra amante.

- Nunca he matado a nadie, pero he leído con placer muchas esquelas.- Clarence Darrow

- No fui al funeral, pero mandé una bonita carta diciendo que lo aprobaba- Mark Twain.

George Bernard Shaw a Winston Churchill:
Le adjunto en el sobre dos entradas para el estreno de mi nueva obra. Traiga a un amigo… si tiene uno.

Respuesta de Churchill a Shaw.
Me resulta imposible acudir la primera noche. Iré a la segunda representación… si la hay

Usted no tiene nada malo que una reencarnación no cure.- Jack E. Leonard

Él ama a la naturaleza, a pesar de lo que ella le ha hecho.- Forrest Tucker

Usa las estadísticas como un borracho a una farola… Para apoyarse más que para iluminar.- Andrew Lang

Un hombre atacó a Alejandro Dumas (padre) por ser de raza negra. Dumas contestó:

Pues sí, señor. Mi padre era un mulato. Mi abuelo un negro y mi bisabuelo un mono. Ya véis, mi familia empieza donde la suya termina.


La mala baba que tienen algunos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Muy, muy bueno!
La pena del insulto, es que tambien se necesita un interlocutor a la altura. ¡Cuánto talento insultador desaprovechado porque falte el mínimo necesario para que el buen insulto realice su función!