miércoles, 10 de octubre de 2007

Virgil

El viernes pasado apareció un nuevo personaje en la residencia al que he bautizado como "Virgil".
Virgil es un cuenco blanco con restos de salsa de tomate. Al principio se sabía que era tomate por el color, pero ahora se está volviendo verde poco a poco. Sospecho que ha cogido moho.
Lo peculiar de Virgil son dos cosas:
a. Nadie lo ha fregado
b. Nadie lo reclama
Nadie.
Ese cuenco es de nadie.
Por eso nadie lo friega.
Hoy, escamados, hemos preguntado en la cocina. Ni el otro español, ni los dos italianos (que como cocinan pasta eran más sospechosos de ser los propietarios) ni el francés, ni el jordano (que nunca cocina, pero por eso precisamente pensábamos que igual era suyo y se había olvidado) reconocía ser el dueño de Virgil.
Quedan de interrogar dos francesas. Pero me parece que anteriormente ya declararon que no era suyo.
Sospecho que ese cuenco mohoso va a pasar muuuuuuucho tiempo con nosotros. Por eso le he puesto nombre. Qué menos.

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