sábado, 15 de marzo de 2008

Robin Hood, Guillermo Tell...

Y ahora, Tom Mabe.

Chan, chan, chan

Oíd, oíd, la historia de Tom Mabe. Un americano de Kentucky, casado y con dos hijos, que se ha convertido en un héroe al alzarse contra la injusticia y la tiranía.

Este hombre era un simple trabajador autónomo que cada día debía enfrentarse a las feroces hordas de bandi- de vendedores telefónicos.

[Inserte música tétrica de órgano aquí. Y algún trueno]


Hasta que decidió que ya era suficiente. Se compró una grabadora, la puso junto al teléfono y comenzó Su Venganza.

Y ya ha editado tres discos con las grabaciones de las llamadas que recibe. Parece mentira que le sigan llamando a casa.

A continuación, mi traducción de “Cómo Librarse de los del Telemarketing”

-^-^-^-

TM: ¿Hola?
Vendedor: Sí ¿Podría hablar con Tom Mabe?

TM: ¿Quién es?
Mike: Soy Mike ------ y usted ha sido seleccionado para recibir un sistema de satélite digital completamente gratis. Con esto usted podrá –

TM: Déjeme preguntarle algo. ¿Conocía a Tom Mabe? ¿Eran amigos?
Mike: No, no lo somos. Sólo llamo para ofrecerle –

TM: Espere, espere un momento. [Alejándose del teléfono](¡Eh! chicos, tirad unas buenas fotos del cadaver. Y empolvad toda la casa para sacar huellas) Mike, ¿Sigue ahí?
Mike: Sí

TM: Vale. Déjeme resumirle esto: Ha llamado a la escena de un crimen. El Sr. Mabe ya no está con nosotros. Soy el Oficial Clarke; dirijo la investigación del homicidio. Quiero hacerle unas cuantas preguntas. En primer lugar, ¿Qué asuntos tenía usted con Tom Mabe?
Mike: No… no tenía ningún asunto. Siento haberle molestad-
TM: No. Espere. Tengo que pedirle que se mantenga al teléfono. Ya hemos rastreado la llamada y puede que necesitemos llamarle para posteriores interrogatorios.
Mike: No lo entiende. Yo sólo llamaba…
TM: No, es usted el que no entiende. A menos que quiera que se le acuse de obstrucción a la justicia, no mueva su culo del teléfono, Mike.

Mike: ¿Qué le parece si habla con mi supervisor?

TM: Nos pondremos con el supervisor en un momento. Por ahora, dígame dónde está.
Mike: En el trabajo
TM: ¿El trabajo?
Mike: Sí

TM: ¿Te estás haciendo el listo?
Mike: No, señor
TM: Vamos a ver si me explico, Mike. Digamos que quiero enviarte una carta. ¿Qué tendría que escribir en el sobre para que te llegue la carta? Hablando geográficamente ¿Dónde está “el trabajo”?
Mike: 40, West --- Littleton, Colorado
TM: Bien. Espere
Mike: Sí, señor

TM: Espere un momento. [Alejándose del teléfono](Llamad al Departamento de Policía de Littleton, división de homicidios. Pasadles esta información. Decidles que le estamos buscando por un caso de asesinato con arma de fuego con agravante de robo) Entonces, ¿De qué conocía al Sr Mabe?
Mike: Un segundo. ¿Está llamando a la policía de Littleton? ¡Estoy a cientos de kilómetros! Ni siquiera conocía al tipo. Estoy en Colorado.
TM: Oh, no se asuste por eso. Es una mera formalidad. ¿Alguna vez ha estado en su lugar de residencia?
Mike: ¡No!
TM: Y dígame, ¿Dónde estaba usted anoche entre las 8:00 y las 10:00?
Mike: No me encuentro cómodo con todo esto
TM: ¿Ha hablado alguna vez con el Sr. Mabe, Mike?
Mike: ¡No, no he hablado nunca con él! No le conocía. Es lo que he intentado decirle

TM: Muy bien. Tranquilo. Cálmese. Tengo una pregunta más para usted. Estoy seguro de que ya sabrá que el Sr. Mabe era maricón perdido. No sé cómo formular esto. No quiero avergonzarle ni nada, pero ¿Era usted su amante?
Mike: ¿Qué? ¡No! ¿Qué mierda de pregunta es esa?
TM: No, mire, si a usted le va eso, no pasa nada. Sé que todavía hay muchos gays en el armario. No es que yo no lo haya pensado alguna vez ¿sabe? Te vas a Las Vegas, o un sitio así, pides un par de copas, un mexicanito lindo…
Mike: Esto es ridículo
TM: ¿Hola?

-^-^-^-

Actualmente Tom Mabe se dedica a los correos basura y los servicios de asistencia al cliente.

Una vez hubo una convención de tele-vendedores en Washington y Tom averiguó en qué hotel se alojaban. Reservó una habitación, descubrió en qué piso y qué habitaciones estaban los vendedores y a las tres de la madrugada les llamó para venderles algo.

El “New York Times” le considera un héroe después de esta gesta.

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